Los primeros días del cierre de COVID-19 trajeron el caos absoluto a nuestro hogar, y tuvimos que adaptarnos a una realidad que cambiaba rápidamente. Allí estábamos, en casa, atrapados con los pequeños. Pasamos mucho tiempo con ellos mientras los días transcurrían lentamente..
Reutilizábamos nuestras pertenencias para hacer fuertes, estaciones espaciales, cuevas oscuras y retiros de lectura tranquilos. Nos encantaba la colaboración, la imaginación y la libertad de todo ello, pero nos costaba mucho el desorden y el tiempo adicional dedicado a la limpieza.
Cuando los niños empezaron a construir fortalezas y barcos piratas con nuestro querido sofá de diseño, y pronto descubrimos que sufría demasiado, nos dimos cuenta de que algo tenía que cambiar. Los muebles de nuestro pequeño apartamento no estaban creando el espacio adecuado para nuestros hijos y necesitábamos algo versátil que creciera con ellos.
Necesitábamos crear un espacio lúdico y seguro donde los niños pudieran evitar demasiado tiempo frente a la pantalla y usar su imaginación en su lugar. Ansiábamos tener tiempo libre de culpa para relajarnos con una taza de café caliente y de buen gusto o para atender una llamada en el trabajo sin silenciarnos todo el tiempo.
Fue entonces cuando descubrimos el concepto de los muebles de espuma. Sin embargo, ninguno de los productos existentes cumplía nuestros estándares de calidad, así que decidimos crear nuestro propio sofá de juegos.
Queríamos crear nuestro sofá de juegos aquí, en Europa, donde podríamos mantener unos estándares de alta calidad, utilizar sólo los mejores materiales de una fuente de confianza y beneficiarnos de los conocimientos y la larga tradición en la fabricación de muebles. Pasamos muchas horas investigando y creando prototipos, y nuestros hijos fueron los mejores beta-testers que podríamos haber contratado para esta tarea.
Jugaron con diferentes formas, saltaron sobre distintos cojines y se les permitió hacer lo que mejor saben hacer: manchar numerosos materiales.
Así nació nuestro Shappy. Algo que hemos construido juntos como una familia en circunstancias realmente exigentes. Un lugar seguro para los niños, un lugar donde jugar, encender la imaginación, relajarse, conectar y dormir.
Hoy, no sólo diseñamos cada mueble que creamos, sino que supervisamos todo su proceso de producción, desde cortar la tela y coserla hasta rellenar la espuma y empaquetar los productos para su expedición.
Creemos que todos los padres se merecen la tranquilidad de comprender mejor las necesidades de sus hijos: un simple parque infantil y la imaginación para crear horas de juego. Su alegría de vivir es deseable, y nos inspira cada día.
No hay nada más puro en el mundo que la alegría de los niños, y pensar que podemos llevar la risa a tu casa y hacerte sentir un padre mejor y más consciente, ilumina nuestros corazones con cada compra que haces.
Gracias por apoyarnos. Sabemos que le darás a Shappy un hogar excepcional, y esperamos que lo ames tanto como nosotros.
Joanna y Marcin